martes, 20 de septiembre de 2016

Carambolear

Si no tenemos amor no tenemos nada. Muy sabio.
Este registro esporádico de mis sensaciones (porque son solo eso, mi percepción) me ayuda a remontarme. Remontarme al pasado como un barriletito, porque me enorgullece ver que avancé, o me impacta ver que retrocedí. De igual manera, ayuda.
Así que ahora estoy en otra etapa llena de otro amor. Un amor diferente, un amor que no me esperaba y que empieza con mayúscula.
Y está en todos, brilla en nuestros ojos, nuestras acciones samaritanas, en esas cosas tan bellas que somos capaces de hacer, en ese arte cotidiano de decir buenos días y por favor. Porque cada día es un nuevo cielo azul, nuevos pajaritos saludando al señor sol que nos hace estornudar cuando lo miramos y salud, gracias.
La juventud me carambolea la sangre, quiero salir, quiero volar, quiero luchar por mejorar. Ahí está lo fundamental. Mejorar.
Qué abstracta estás.
Y no me hagan hablar del poder de abstracción porque no terminamos más.
Un poquito de amor, porque es hora de cambiar lo que llamamos amor. Ojalá pudiera tener siempre esto presente. El amor es un abrazo, o un brazo estirado que te quiso abrazar, o una picardía en la sonrisa que dice que el brazo quiso ser estirado para abrazar pero no pudo.
Cuántas nubes, cuánto humo, cuántos sueños. Amar, amar, morir por los demás. Hasta que te duela. La gente fuerte ama. Un montón.