Más cambios, más cosas, más vida. El tiempo cura todo, y nos pone en nuestro lugar.
Empezar por decir que todos los ojos que ojeaban ya están muy lejos, y que hoy hay nuevos acompañantes. Unos ojitos medio verdosos, que salen de otra guitarra, muy llenos de Dios y de lágrimas. Pero quién sabe?
Y sobretodo, medio de sopetón, recolecté puñados enormes de pares de ojos allá por la Patagonia. No sabía en qué me metía y nada pudo salir mejor. Así que con esos nervios y saborcito a nuevo se me fue el 2017, con materias aprobadas para una carrera que no voy a hacer, mismas amigas cerca y algún que otro nuevo. Por ejemplo, una ahijada nueva y una madrina cantada desde el principio. Una familia hermosa, con problemas y rencores, hermosa como todos.
Belleza en todo, nuevos proyectos como siempre, nuevos comienzos, queriendo mejorar y afianzar relaciones ya viejas o ya rotas, queriendo desarrollarme y CRECER, siempre.
Amor en todo lo que hagas, no seas flojita. Que el viento (o el Espíritu) te den la mano y te lleven adonde esté tu felicidad. Tu tesoro. Tu corazón.
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