Qué ironía que lo último se llame luna.
Momentos en los que cuestiono cada una de mis decisiones, cada uno de mis sentimientos, cada una de mis reacciones, relaciones, momentos en que solo necesito alguien que me abrace y no puedo contar ni con las plantas.
Alguien que me escuche cantar, alguien que haga diamante mis lágrimas.
Y no se puede, y la falla es mía, es de los demás, es mía, es de los demás.
Sentir la soledad y que te duela hasta en los huesos. No voy a llorar, quiero pasar por cada etapa de superación en un minuto y llegar a la aceptación.
Me gusta dejarme llevar por el viento, pero a veces siento que voy a extrañar el suelo, y hago cosas por las dudas. Tengo que dejar de pensar en lo que la futura Coni va a pensar o sentir, me siento juzgada por mi misma. Tengo que dejarme disfrutar, una vez. La vida es caerse y levantarse, yo prefiero ir gateando. No aprendo más. Tengo que parar.
La luna siempre me entiende.
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