sábado, 5 de diciembre de 2015

Noche nublada

Qué ironía que lo último se llame luna.

Momentos en los que cuestiono cada una de mis decisiones, cada uno de mis sentimientos, cada una de mis reacciones, relaciones, momentos en que solo necesito alguien que me abrace y no puedo contar ni con las plantas.
Alguien que me escuche cantar, alguien que haga diamante mis lágrimas.
Y no se puede, y la falla es mía, es de los demás, es mía, es de los demás.
Sentir la soledad y que te duela hasta en los huesos. No voy a llorar, quiero pasar por cada etapa de superación en un minuto y llegar a la aceptación.
Me gusta dejarme llevar por el viento, pero a veces siento que voy a extrañar el suelo, y hago cosas por las dudas. Tengo que dejar de pensar en lo que la futura Coni va a pensar o sentir, me siento juzgada por mi misma. Tengo que dejarme disfrutar, una vez. La vida es caerse y levantarse, yo prefiero ir gateando. No aprendo más. Tengo que parar.

La luna siempre me entiende.

sábado, 17 de octubre de 2015

Luna

Como siempre, vuelvo al cabo de unos meses y me encuentro con todo cambiado. Yo cambiada. Y me siento bien, se siente bien haber salido de esa confusión, esa rapidez con que todo se movía y yo no quería bajarme por no quedarme atrás. Me bajé, me senté en el pastito, miré las flores y las nubes. Descubrí qué era ese velo que me impedía ver con claridad ciertas cosas, vivir mi vida, sentir el aire. Ahora sin él (el velo), me siento desnuda. Pero no es acaso belleza la desnudez? Es inocencia, es pureza, es virgen y es luna. Así que estoy viviendo esa desnudez, dejándome cual veleta, descubriendo de nuevo las cositas que me había perdido. Me gusta, me ayuda, estoy brillando más.
Estoy brillando.
Me siento brillar.

Es un pensamiento idiota, disculpen.

domingo, 16 de agosto de 2015

Metáforas estúpidas.

Cuando me dan más ganas de escribir, es en el límite antes de quedarme dormida, esos momentos medio vigilia medio sueño, medio alondra medio búho. Y también apenas despierto. Sin querer salir de la cama, pensando en miles de cosas mirando el techo. Constelaciones en la madera. Verrugas de árbol. Nudos. Ojos.

No estoy segura de si me encuentro a mi misma del todo. Sé que pequeños pedacitos de mi están esparcidos en ciertos hobbies, pero no puedo terminar de recolectarlos, de agarrarlos y guardarlos en su cajita. Algunos se me escaparon en el camino, otros los enterré en momentos donde no quise lidiar con ellos, y (deliberadamente) olvidé en qué parte de este enorme jardín fue eso. Un jardín que quizás no quiera explorar. Quizás estoy bien en mi hamaca rechinchosa y oxidada, con toda la naturaleza muerta alrededor, el viento en la cara me basta. Pero todo este movimiento, la velocidad y el viento en los ojos no me dejan ver con claridad el resto. Mi hamaca me hace feliz, y por cobarde y miedo a lo desconocido es que no la dejo. Puede que nunca lo haga.

Un jardín tan screwed up. Como todos. Todos tenemos nuestros rincones con raíces y piedritas sucias. Nos es prácticamente imposible ponerse en el lugar del otro, nunca vamos a conocer todas sus partes, nunca vamos a estar enteramente en su jardín.

Es un pensamiento idiota. Disculpen.



sábado, 7 de marzo de 2015

fantasy

You fui educado con odio y odiaba la humanidad, un día me fui con los hippies y tuve un amor, y también mucho más.




Amor eterno viejito. 

viernes, 27 de febrero de 2015

little by little

Última publicación: 28 de diciembre de 2014. Así que gran ocasión de actualizar, otro 28. Este es otro en mi vida, pero desde ese hubo un 28 más importante. Un 28 que espero recordar toda mi vida, con cariño, sabiendo que fue una estupidez pero fue algo que en el momento me hizo feliz. Y hoy, un mes después, me sigue haciendo feliz. Siempre me subestimo, digo que no sé nada, que no entiendo, porque la verdad es que si lo que pienso es válido, la vida es hermosa -perdón-. Miro todo con ojos inocentes (you're so naive), ojos que creen en la bondad de las personas, que todo tiene su razón, su motivo, un Dios que lo guía. Hay un Dios para cada uno. Cada cosa en el camino de cada persona, todo, todo tiene que ser así. Aunque no lo entendamos ahora, aunque quizá lo entendamos en una cama de viejitos, o nunca. Quiero hacer feliz a la gente compartiendo esta mirada, aunque a veces yo me olvide. Aunque a veces también crea que todo es horrible, que el mundo está enfermo y que mi simple existencia no es relevante para la gran máquina. Pero también, otras veces, estoy así. Estoy dulce. Quiero ser feliz y quiero que la gente a mi alrededor sea feliz. O esté feliz un ratito. Pequeños gestos.